Los bebedores habituales de té pueden tener una mayor densidad mineral ósea
Después del agua, el té (Camellia sinensis) es la bebida más común y consumida regularmente en el mundo. Se clasifica en tres tipos: verde (no fermentado), oolong (parcialmente fermentado) y negro (fermentado).
El té contiene más de 4.000 compuestos que pueden afectar al organismo.
Según estudios epidemiológicos, el té puede prevenir enfermedades cardiovasculares, aterosclerosis y cáncer; sin embargo, la información sobre los efectos del consumo de té en la masa ósea es limitada y poco clara. Este estudio evaluó la relación entre los tres tipos diferentes de extractos de té y la densidad mineral ósea (DMO).
El objetivo del estudio fue responder a las siguientes preguntas: ¿Existe alguna relación significativa entre el consumo de té y la DMO?, ¿Existe un efecto dosis-respuesta entre el consumo de té y la DMO? y ¿Qué características del consumo de té son los principales factores que influyen en la DMO?.
El estudio fue una encuesta epidemiológica prospectiva de enfermedades crónicas en Tainan, Taiwán. En el análisis final se incluyeron un total de 1037 sujetos (497 hombres y 540 mujeres), de 30 años o más. Se preguntó a los sujetos sobre su estilo de vida, el consumo de té y se les realizó una evaluación de la DMO de todo el cuerpo, la columna vertebral y las regiones de la cadera (cadera, cuello y triángulo de Ward).
Hubo una correlación positiva entre la duración del consumo habitual de té y la DMO en las cuatro regiones del cuerpo. Quinientos dos sujetos (48,4%) eran bebedores habituales de té, con una duración media del consumo de té de aproximadamente 10 años.
En comparación con los bebedores de té no habituales, los sujetos con un consumo habitual de té de 6 a 10 años mostraron una DMO de la columna lumbar más alta, y aquellos con un consumo de más de 10 años mostraron la DMO más alta de todas las regiones medidas. No hubo diferencias significativas en la DMO entre los bebedores habituales de té con una duración de 1 a 5 años y los bebedores no habituales de té.
Los hombres tenían una DMO más alta que las mujeres, y la DMO disminuyó con la edad. La actividad física total también tuvo un efecto positivo sobre la DMO del cuerpo total y del cuello de la cadera. Después del ajuste para todas las covariables.
De acuerdo con otros hallazgos, el té tuvo un efecto protector sobre la DMO de todo el cuerpo, la columna lumbar y las regiones de la cadera. Según el conocimiento de los autores, este fue el primer estudio en comparar los tres tipos de té y la DMO en ambos sexos de forma concomitante.
La duración del consumo de té, no la cantidad de consumo diario de té, fue el único determinante independiente de la DMO. Los autores encontraron que el cambio de DMO es siempre gradual.
Si la DMO se ve afectada por el consumo de té, entonces la exposición debe ser lo suficientemente prolongada para tener un efecto acumulativo significativo. En otras palabras, el consumo moderado de té a largo plazo parece influir en la DMO más que el consumo a corto plazo de grandes cantidades de té.
Según los autores, los efectos protectores de los huesos del té pueden deberse a su contenido de fluoruro. La ingesta de flúor puede aliviar la progresión de la osteoporosis. Además, el té contiene flavonoides que se ha demostrado que mejoran la DMO (los autores sugieren erróneamente que el té contiene ipriflavona, una preparación sintética de flavonoides que no se encuentra en el té).
Además, otros estudios han demostrado que los extractos de té pueden inhibir la reabsorción ósea. Cualquiera o todas estas hipótesis pueden explicar el efecto protector del té sobre la DMO.
Dado que los asiáticos tienen diferentes hábitos de consumo de té que muchas otras poblaciones y, a menudo, tienen una dieta única, sería interesante ver este estudio repetido con una población occidental.
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Referencias: Heather S. Oliff, Doctora en Filosofía.
